"El vuelo de la Libélula sobre un jardín de flores de Sal" es la exposición de Jesús Briceño, el Artista venezolano protagonista de nuestra Residencia Trasatlántica.

acerca de JEsús Briceño

El ganador de nuestra Residencia Trasatlántica presenta su primera individual en Madrid

Jesús Briceño es un artista visual y fotógrafo quien reside y trabaja en Caracas, Venezuela.

Es profesor en la Universidad Nacional Abierta y en AVECOFA, también se desempeña como fotógrafo comercial freelance.

Briceño se graduó en 2011 del Instituto Pedagógico de Caracas como Profesor en Artes Plásticas. En el años 2016 obtuvo un diplomado en Fotografía por la UPEL de Miranda y más recientemente, en el 2019, obtuvo un Magíster en Estética del Arte en la UPEL.

A lo largo de su trayectoria, ha complementado su formación en fotografía participando en talleres con reconocidos artistas como Hernán Villar, Juan Toro, Nelson Garrido, Johanna Pérez Daza y Wilson Prada.

Su trayectoria artística comenzó en 2011, y desde entonces ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas

dentro y fuera de su país. Algunos de ellos son: Colombia,

EE. UU., España, México, Países Bajos y su Venezuela natal.

En 2023, Briceño participó en el Salón Jóvenes con FIA, donde fue galardonado por el jurado con la Mención Honorífica, lo que le hizo acreedor de la Residencia Trasatlántica de Boom! Art Community. Entre septiembre y octubre de 2024 viaja a España para realizar esta residencia, cuyo resultado se muestra en la presente exposición.

acerca de EL VUELO DE LA LIBÉLULA SOBRE UN JARDÍN DE FLORES DE SAL

Las libélulas, criaturas delicadas y antiguas, son saltarinas del agua. Migrantes por naturaleza, de vidas intensas y breves, recorren grandes distancias, cruzando cielos y mundos en búsqueda de refugio y hogar. Unidas al agua, transitan frágilmente los mapas trazando trayectos de resiliencia. Errantes como las libélulas también lo son las mujeres y hombres, las niñas y niños, que parten cruzando las aguas y dibujando el camino en búsqueda de una nueva vida.

El viaje comienza en Venezuela, frente a la costa de Güiria, al oriente del país y a pocos kilómetros de Trinidad y Tobago, un destino furtivo. En los últimos años, los venezolanos se enfrentan a un masivo movimiento migratorio sin precedentes en la región, producto de la aguda y creciente crisis generalizada que se desarrolla en el país. Desesperados por una mejor vida, muchos han decidido arriesgar sus vidas en uno de los trayectos de salida más peligrosos: el cruce marítimo rodeando el Golfo de Paria. Son cientos los que desaparecen en el intento. Perecen en un jardín de flores de sal.

Jesús Briceño es un artista visual que explora la imagen a través de diversos medios, más allá de la impresión digital y en papel. En su investigación, experimenta con distintos formatos y técnicas, con el objetivo de romper los esquemas tradicionales de la fotografía. Su trabajo se enfoca en superar la bidimensionalidad, dándole al montaje de Flores de Sal un sentido tridimensional poco convencional, que conecta la instalación con un profundo simbolismo. En Punto de Fuga, Briceño incorpora un componente sonoro que busca sumergir aún más al espectador en el contexto, generando imágenes completas que trascienden las formas tradicionales de percibir la fotografía.

En este otro lado del mundo, el viaje termina. España es el destino final de miles que huyen de una vida llena de sombras. Lejos del hogar, estas historias han conseguido dar testimonio de caminos tormentosos, pero que atisban rayos de esperanza. Conectados por mar y tierra, los migrantes miran al mismo cielo que les recibe. Son cientos los que sobreviven. Trazan el vuelo de la libélula.

Durante la Residencia Transatlántica de Boom Art Community en Madrid, Jesús Briceño ha optado por la fotografía polaroid. Esta técnica instantánea, táctil, ligera y fácil de manipular y transportar se ha integrado perfectamente en su proceso creativo, permitiéndole jugar con las imágenes al manipular, sobreponer, romper, pintar y escribir sobre ellas. La idea de crear piezas únicas e irreproducibles le resulta fascinante, al igual que las historias que ha capturado durante su estancia. En El Vuelo de la Libélula, un elemento clave de contextualización es una antigua máquina de escribir, con la que interviene las imágenes. El acto de imprimir palabras con fuerza se convierte en un gesto íntimo y performativo, esencial en el registro, que refuerza su estética de archivo, un aspecto crucial en todo el proceso creativo del artista.

Jesús esboza sobre el trayecto doloroso y resiliente de la migración forzada, a través de retratos anónimos de aquellos que han sobrevivido y de aquellos cuya vida se vio trágicamente interrumpida por el viaje, convertido algunas veces en su tumba; otras, en un nuevo camino. “El vuelo de la libélula sobre un jardín de Flores de Sal” explora los caminos invisibles del Mar Mediterráneo, sus vías de transporte ilegal y uno de los cementerios más grandes del mundo, y del Océano Atlántico, en las fronteras venezolanas, espacios de partida forzada y escenarios de naufragios como el del barco “Mi Recuerdo” que, en 2020, dejó 33 muertos y 18 desaparecidos frente a la costa de Güiria.

A través de un registro visual y sonoro, Jesús recoge los rostros de los sobrevivientes desgastados por la lucha, pero que aún portan en sus miradas un destello de vida y los enfrenta a un jardín simbólico de aquellos que no lograron completar su travesía. A lo largo de su viaje, el mar es testigo y verdugo, el lugar donde los cuerpos sin vida reposan en silencio, como delicadas flores de sal que se forman en su superficie, potente metáfora que hace homenaje a las víctimas.

Es un recorrido que representa el vuelo del éxodo y el descanso final de los viajeros. Como las libélulas, los migrantes sobreviven en movimiento, siempre en busca de un refugio seguro. Son criaturas etéreas, atraídas por el agua, que reflejan el ciclo sin fin de la vida y la muerte.

LUCÍA JIMENEZ PEROZO.

COMISARIA INVITADA

Retrato cortesía de Jesús Salazar Cabrera

Lucía Jiménez Perozo (Caracas, Venezuela, 1985) es investigadora, periodista y gestora cultural con especialización en fotografía. Se graduó en Comunicación Social en la Universidad Monteávila de Caracas y obtuvo el Máster La Fábrica en Dirección de Proyectos Culturales de Fundación Contemporánea (Madrid). Actualmente, trabaja como periodista independiente y forma parte del programa de Comisarias Jóvenes de Boom Art Community.

Anteriormente, fue coordinadora editorial del suplemento cultural «Papel Literario» del diario El Nacional, donde publicó semanalmente las columnas «Encuentros entre Líneas» y «Colofón», centradas en la agenda cultural de Caracas. También ha colaborado en medios como la revista Hábitat Plus y los portales de Ediciones Letra Muerta y El Estímulo.

Desde 2017, forma parte del equipo del Archivo Fotografía Urbana de Venezuela, donde ha trabajado en la investigación, conservación y difusión de la fotografía venezolana. En este espacio, ha colaborado en proyectos editoriales y comisariados, desempeñándose, hasta 2023, como coordinadora del fondo visual y de comunicaciones. Como especialista en fotografía, ha desarrollado textos expositivos, statements y perfiles biográficos de artistas.

Ha sido co-comisaria en las exposiciones Bitácora de Ricardo Jiménez en la Galería Lemur (parte del Festival PHotoEspaña OFF, Madrid, 2021) y El Registro Inagotable de Tito Caula del Archivo Fotografía Urbana en el Festival FFOCO (A Coruña, 2022). En 2023, comisarió la primera muestra individual del fotógrafo venezolano Jonathan Velásquez Haynes, Riverhell. Las Cicatrices del Fuego en la Alianza Francesa de Caracas, así como la exposición colectiva de Boom! Art Community, Miradas Oblicuas. Trazado sobre un nuevo terreno en la Galería Re/Max Art de Madrid. En 2024, fue comisaria de la exposición Identidad Descartada de los fotógrafos Lucía Lamata y Rou Díaz, organizada por Boom! Art Community en el espacio Alzacopas en Madrid.

La Onda Expansiva de la Cultura se extiende a ambos lados del atlántico: La Residencia Trasatlántica de Boom! Art Community

Fotografía Cortesía de Jesús Salazar Cabrera

El impacto de la cultura no se detiene ante las fronteras. Las derriba. Las cruza. Al igual que una onda expansiva, su efecto se extiende velozmente, provocando un fuerte incremento de la temperatura y cambios en la presión. Al final, genera transformaciones profundas en las sociedades que toca, conectando personas, ideas y espacios.

En Boom! Art Community, hemos convertido esta fuerza en el motor de nuestra labor. A través de iniciativas como la Residencia Trasatlántica, fomentamos que el Arte y la Cultura actúen como agentes de intercambio constante entre América Latina y España.

Nuestra Residencia es un programa que nace de este entendimiento, buscando fomentar este intercambio cultural transformador. Con Artistas emergentes provenientes de Latinoamérica impulsamos una dinámica de enriquecimiento recíproco, generando impacto tanto en la escena artística española como la de sus países de origen. Los participantes, seleccionados a través del renombrado , no solo vienen a España a absorber nuevas experiencias, sino también a compartir sus puntos de vista y saberes, generando una onda expansiva que atraviesa el Atlántico.

Como migrante latinoamericana en España y creadora de Boom! Art Community, he experimentado personalmente las posibilidades que surgen cuando las culturas convergen. La Residencia Trasatlántica permite que los Artistas de América Latina aporten su identidad, vivencias y perspectivas críticas al panorama cultural español, expandiendo los horizontes artísticos y fortaleciendo los lazos entre ambas regiones.

Frantz Fanon decía: «Cada generación debe descubrir su misión, cumplirla o traicionarla». Para un nutrido número de Artistas de la contemporaneidad, cruzar fronteras es un objetivo. Pero, ¿cómo se contrasta esto con su compromiso de la autenticidad, con las propias raíces y realidades? Los Artistas Latinoamericanos quienes participan en esta Residencia tienen la oportunidad de no solo representar su Cultura en un nuevo contexto, sino también de aportar a su país de origen al regresar. Esta Residencia acciona en ambas orillas del Atlántico. En España, introducen una perspectiva innovadora sobre temas como migración, naturaleza, memoria histórica, identidad, violencia y conflicto. Al regresar a sus países, expanden su experiencia, provocando una reverberación de conocimiento que continúa resonando en sus comunidades de origen.

Este accionar en ambas orillas se hace realidad gracias al apoyo de colaboradores comprometidos como la Fundación Bastión. Aliados clave para asegurar que esta propagación del efecto continue. Gracias a su respaldo, los Artistas que participan en la residencia regresan a sus países con nuevas habilidades, listas para ser compartidas a través de talleres y proyectos que generan un impacto positivo en sus comunidades.

La Residencia Trasatlántica no solo beneficia a los Artistas, sino que también enriquece el entorno que toca. En este intercambio cultural bidireccional, la comunicación fluye, creando un diálogo activo que fortalece la creación de un horizonte artístico iberoamericano más diverso e inclusivo.

Y así, al igual que una onda expansiva que se extiende y toca nuevas orillas, la Cultura sigue su curso, rompiendo barreras, conectando continentes y dejando una huella duradera en el corazón de quienes la experimentan.

KIKI PERTÍÑEZ HEIDENREICH

DIRECTORA FUNDADORA de BOOM! ART COMMUNITY

COORDINADORA DE LA RESIDENCIA TRASATLÁNTICA