Enay Ferrer es un Artista Visual venezolano con una larga y sólida trayectoria en el país latinoamericano, y que desde el año 2019 tiene su taller en la ciudad de Madrid. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Experimental de las Artes de Caracas y Diplomado en Arte Contemporáneo por la Universidad Metropolitana de Caracas, la obra de Ferrer ha sido galardonada en su país natal con importantes premios, y expuesta a nivel internacional en ciudades como Caracas, Bogotá, Buenos Aíres, Santiago de Chile, Seúl, Frankfurt, Beijing, Basilea o Madrid.
Rebelde, sarcástico, violento, metafórico, hiperbólico, disruptivo, salvaje, autorreferencial, neoexpresionista…libre. Así es la pintura de Enay Ferrer, el arte de un creador con profundas convicciones que se sabe artista y que cree en el arte como instrumento expresivo y emancipador desde el que poder reivindicar valores propios, y denunciar la violencia ejercida por las oligarquías políticas, económicas, miliares y religiosas que gobiernan la hiperventilada globalidad postmoderna en la que cohabitamos.
Con su pintura Ferrer da lugar a un artefacto subversivo con el que establece y canaliza su pensamiento crítico frente a la realidad que lo circunda y la cínica narrativa instaurada por las estructuras de poder. En palabras del propio artista “Llegamos a este mundo para aprender a morir, pero a la vez la sociedad del espectáculo es tan potente que nos olvidamos de esa otra existencia que nos espera…La realidad es una narrativa personalizada y lo demás es negociación, donde incluso la verdad y la mentira se negocian”.
El potentísimo bagaje conceptual y el desbordante temperamento de Enay Ferrer se traducen en una pintura figurativa enérgica e impulsiva, en la que el artista no duda a la hora de superponer violentamente planos expresivos mediante el uso de la figuración, la línea, el color y el texto. En sus piezas, sean grandes formatos sobre lienzo o pequeñas series sobre papel, la pincelada de Enay rezuma personalidad dotándolos de volumen y textura gracias a su impetuosa gestualidad y la constante hibridación de técnicas pictóricas. Así mismo el color tiene una importancia fundamental a la hora de interpretar a nuestro pintor, ya que el uso o la ausencia del mismo da lugar a patrones perceptivos que elevan el discurso artístico. Todo tiene significado en su pintura, desarrollando un gusto por el tropo que mantiene a lo largo de toda su trayectoria, desde sus piezas más íntimas y espirituales dedicadas al “doctor del pueblo” venezolano Don José Gregorio Hernández, hasta las sus piezas más políticas e irónicas de su serie Iconografía política contemporánea.
Para JustMad´24 hemos querido trabajar con otro de los conceptos importantes dentro de la producción del artista caraqueño, el de la casa como refugio. Afincado en Madrid desde el pasado 2019, como para todo artista migrante conceptos como hogar y pertenencia toman protagonismo en su producción. He querido jugar con la expresión De raíz para hibridar transversalmente dos líneas de trabajo que Ferrer expande de forma constante en su producción: La reivindicación del origen y la sublimación del arte como hogar, y la denuncia de la corrupción política y económica de su Venezuela natal. Desarrollando un discurso que apunta a lo autorreferencial, a las raíces que hacen de Ferrer el hombre y artista que es, y a aquellos supuestos que denuncia con vehemencia en sus obras y que cortaría, como las malas hiervas, de raíz.
La identificación del arte como ese espacio radical al que Ferrer apela como su verdadero yo lo encontramos en su autorretrato La casa que habito, en el lienzo Mi papá y yo y en las series sobre papel Las casa que habito y Así canto yo para ti. En La casa que habito observamos como Ferrer utiliza la figura del cuervo como metáfora de la creatividad y el arte, significándose a sí mismo como artista. Con la serie Así canto yo para ti hemos querido hacer algo diferente al ponerla dialogando con la tela Mi papá y yo, enfatizando el cómo Enay se proyecta sobre su propia iconografía metamorfoseada, generando diferentes planos interpretativos que siempre versan sobre el propio artista.
En contraposición a esta dinámica está esa mirada crítica sobre la realidad política global y venezolana en particular. Para ello hemos seleccionado grandes y medianos formatos en los que Ferrer despliega una plástica impactante, utilizando el imaginario colectivo, el ritmo y el uso del color como principales productores de significado. El rojo y el negro cargan de tensión unas piezas en las que el gesto pictórico y psicológico del artista llegan con dureza al espectador. En ellas se nos presenta la figuración como protagonista absoluta sobre fondos planos, quedando patente la intención de Ferrer de poner el dedo en la llaga mediante el uso del sarcasmo y la resignificación de su imaginario.
En De raíz: memoria y artificio toparemos con una parte importante de lo define a Enay Ferrer como artista latinoamericano migrante, reflexionando a través de su mirada sobre los diferentes matices que nos puede transmitir el concepto de “casa”. Y a un tiempo el público de JustMad´24 descubrirá las claves que definen la espectacular plástica y el honesto discurso artístico del salvaje… Enay Ferrer.
Íñigo Rodríguez Román
Rubén Ojeda Guzmán (Oaxaca, México, 1991) es un artista conceptual mexicano afincado en Madrid que emplea diferentes medios como la instalación, el dibujo y la escritura. En el centro de su obra se encuentra la idea del arte como campo de batalla hacia una inscripción histórica. A través de su trabajo, Ojeda Guzmán ha construido una visualidad proveniente de la cultura de la escasez, la deuda y la diáspora. Su obra tiene un carácter procesual en el que las formas son negociadas entre el contexto, los conceptos y sus posibilidades materiales.
Realizó el Máster de Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual en el Museo Reina Sofía en 2022 y se licenció con honores en Artes Plásticas por la Universidad de las Américas, Puebla (UDLAP) en 2014.
Actualmente es artista residente en la Real Academia de España en Roma (2023-2024). También ha sido artista residente de la Fundación Silos (2023) y de Air-Montreux en Suiza (2020). Obtuvo la mención de honor del Programa Acelerador de Artistas Latinoamericanos de Boom! Art Community en España (2023), la beca de Jóvenes Creadores del FONCA (2014-2015), un premio del Salón de Arte Universitario IMACP (2015) y uno de los premios Sala Joven del Museo de los Pintores Oaxaqueños (2012).
Ha realizado exposiciones individuales en México, Suiza y España y colectivamente en Suecia, Brasil, Noruega, Estados Unidos e Inglaterra. Su trabajo ha sido reseñado en Frieze, Chambre Fluide, Iberoamérica Social, Torpedo, Farhenehit, Milenio y los catálogos RUBEN OJEDA GUZMÁN (2023), +50 artistas contemporáneos en Oaxaca (2019) y Piel. 33 artistas contemporáneos (2018). Algunas de sus obras se encuentran en las colecciones de DiGoodCollection (España), Air-Montreux (Suiza), del Museo de la Cancillería y Toledo-INBA (México).
La obra de Rubén Ojeda Guzmán ha sido galardonada con la Mención Honorífica de nuestro Programa Acelerador para Artistas LatinoAmericanos [PAAL 2023] . Rubén hace un breve paréntesis en su Residencia, para presentar junto a Boom! «GRAMÁTICA»
Lejos de querer instaurar una estética del conflicto, las obras del artista mexicano Rubén
Ojeda Guzmán, constituyen una visualidad del disenso. El gentilicio del artista permite
entender el porqué de la selección de materiales que usa en su trabajo constantemente: la
pólvora y el fuego. Durante uno de los años más sanguinarios de la guerra contra el
narcotráfico, Ojeda convenció a la policía de su país para disparar una de sus pistolas
dentro de un museo. Ojeda Guzmán no volvió a tocar un arma de fuego, pero sí las
municiones que manipulaba con calor y presión para producir unas esculturas con el
estallido de las balas. Muy pronto, se quedó solo con la pólvora con la que dibuja o escribe
frases en los muros para luego quemarla. Este proceso, que comenzó en México, ha tenido
una buena proliferación desde la llegada del artista a Europa en 2019.
Precisamente, en Madrid, una de las formas de expresión popular que más influyó en la
visualidad del artista, fueron los fumage en los techos de los baños de los bares: textos de
todo tipo, desde declaraciones de amor, mensajes políticos, motes e incluso dibujos
sexuales realizados con mechero. Esa técnica de escritura, Rubén la llevó al estudio para
pasar de la pólvora al humo en un proceso de desmaterialización de su proceso, ya que uno
de los intereses del artista es la evanescencia y fragilidad de las imágenes.
Las piezas ahora presentadas provienen de momentos distintos que configuran una imagen
del desacuerdo al futuro próximo: Non plus ultra (2023-2024) es una serie de 40 relojes
difusos realizados con humo que surgen a partir de la alarmante develación del reloj del
apocalipsis en el que el comité convocado por el Boletín de Científicos Atómicos determinó
que nunca habíamos estado tan cerca de nuestro exterminio.
Cortina de humo (2024) es parte de un proyecto que Ojeda Guzmán está desarrollando
actualmente en la residencia en la Real Academia de España en Roma. Consiste en varios
rollos de papel de diez metros de largo cada uno en el que está escrita con humo toda la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Si bien Rubén ha sido testigo de cómo en
México los derechos humanos son constantemente sustituidos por la ley del más fuerte, las
guerras en Oriente Próximo y Oriente Medio, nos han convertido en testigos de auténticos
crímenes de guerra.
Finalmente, los dibujos con pólvora, que son ya un distintivo de la obra de este artista, se
encuentran, uno colocado in situ y quemado, y uno más montado sobre papel en estado de
potencia. De esa manera, podemos ver desplegado en esta propuesta una articulación
formal y discursiva dirigida al desacuerdo: una gramática de la ignición.
Fotografías de Kiki Pertíñez Heidenreich e Iñigo Rodríguez Román Cortesía de ©Pablo Lorente
Retrato de Enay Ferrer Cortesía de Jesús Salazar
Fotografía de Rubén Ojeda Guzmán Cortesía de Thomas Gerlach
Retrato de Rubén Ojeda Guzmán Cortesía de Alejandro Solo
Fotografía de Josefina Bardi, Cortesía de la Artista.