CAMINOS CONVERGENTES
Dos artistas, un concepto.
es la tercera exposición que llevamos a cabo en alianza con en el espacio Alzacopas.
Continuamos adelante en nuestra apuesta por generar nuevas formas de experimentar el Arte en Madrid.
“Para hacer las cosas bien es necesario; primero el amor, segundo, la técnica”
Antonio Gaudí.
«Alejandra y José María comienzan este apasionante viaje por una casualidad surgida de sus espíritus viajeros e inquietos por conocer y disfrutar de la vida. Alejandra colombiana y José María español coinciden en Panamá y de manera fortuita se conocen una noche estrellada en la playa y desde entonces no se han separado. Ni en el arte ni en la vida. Experimentando juntos en el arte consiguieron desarrollar un estilo conjunto, sin dejar de lado sus respectivas idiosincrasias individuales.
Economista y arquitecto aunque amantes del arte desde siempre, ya en sus primeros encuentros disfrutaban pintando juntos. Y así fueron descubriendo precisamente que juntos era mejor. Se complementaban. Sin duda se puede apreciar en cada uno su impronta personal y característica, pero también esa influencia del uno en el otro. Si no se hubieran conocido, sus obras hoy en día no serían iguales. Al fin y al cabo el arte es producto de nuestras vivencias, de todo lo viajado, gozado, sufrido y sentido.
A la temprana edad de 12 años Alejandra ya comienza a mostrar una pasión inusual por la pintura. Estudia en varias escuelas de arte para dar rienda suelta a toda esa creatividad y así comienza a familiarizarse con los óleos, acrílicos y texturas. Su personalidad podríamos decir que es como su arte, una explosión de color y alegría. Y una sorprendente pero equilibrada muestra de toda esa mezcla cultural de todos los lugares donde ha vivido: Cali, Madrid, Barcelona, Panamá y ahora Andalucía. Su afán por plasmar y desarrollar en sus lienzos toda esa pasión que lleva dentro y de ayudar a los demás a hacerlo se desborda en sus obras abstractas, en las que encontramos siempre una enorme profesionalidad y una racionalidad visual por darles un sentido y crear un diálogo con el espectador. Para que provoque emociones diversas y podamos apreciar todas esas sensaciones que nos quiere expresar.
José María nos presenta aquí una muestra que aúna con bastante acierto lo que han sido años de experimentación artística y, cómo no, vital. Se basa en recuerdos de ciudades y utiliza texturas como arena, tejidos e hilos de costura para crear obras que no solo son visualmente impactantes, sino que también invitan al espectador a sumergirse en la experiencia sensorial y emocional de la vida de ciudades infinitas.
Aunque tiene como referencia a grandes maestros del arte abstracto como Chillida, Tápies, Pollock, Fontana o Richard Serra, nunca deja de explorar sus caminos más personales a través de la experimentación: viajando, conociendo, investigando nuevas herramientas, observando su entorno, en definitiva siempre abierto a la inspiración.
Juntos han creado un Estudio Taller llamado B-12 como espacio creativo en donde pasan sus ratos libres y crean esta sinergia abstracta como forma de expresión y conexión con la vida. Cada uno con su estilo propio y definido; construyen, sueñan y reinventan a través de los colores, las texturas y los materiales reciclados que son los elementos más básicos que buscan siempre a la hora de crear.
Dos artistas con almas buscadoras que tuvieron la gran fortuna, privilegio de unos pocos, de que sus caminos se cruzaran y así fusionaran sus vidas y sus anhelos artísticos. También así nosotros tenemos la gran suerte de disfrutar ahora de esta exposición llena de color, ilusión, trabajo, sentimiento y, sobre todo, amor.»
Rocío Rodríguez Macías
Comisaria