CONTRAPUNTO IRIDISCENTE

En la lejanía, una pompa de jabón, las alas de una libélula o una propia gota de aceite, se disuelven en la atmósfera a su libre albedrío; son vistas y no vistas, su ambigüedad colorimétrica incidida por la luz nos produce una ilusión visual. Allá donde los colores se entremezclan, bailan y vuelan, el ser humano se abstrae en su sutileza y su afán de desaparecer en instantes.

 

Esta es una exposición colectiva que reúne la obra de 10 artistas que trabajan con el color en formatos y acepciones muy diversas que, unidas en un mismo espacio, generan una amalgama de iridiscencias. La percepción visual que genera el detectar un fenómeno iridiscente resulta la máxima plasmación del “color que casi nunca se ve como es”, como afirmaba Joseph Albers en su teoría de la colorimetría relativa. La volatilidad de la transparencia sirve como punto de partida para dar una primera pincelada de lo que conceptualmente embelesa esta exposición: la colorimetría en todo su espectro, inmiscuida en una burbuja de artistas que trabajan con ella en formatos autónomos y autorreferenciales.

 

En este espacio converge un discurso monitoreado por el color en todas sus variantes percibidas gracias a la modulación lumínica del ambiente. Como punto inicial, comenzamos con los maestros adscritos a la tierra firme, aquellos que trabajan con el color desde la frontalidad y opacidad, como Jesús Guerrero y María Elisa Carmona, que juegan con las composiciones en un ambiente limpio, estructurado y plano.

 

El volumen modula la percepción del color en su totalidad y es exactamente por ello por lo que el segundo plano de la exposición radica en la luz y su incidencia en la materia, claramente presente en piezas que prácticamente se configuran como esculturas de pared en el caso de Alfredo Paris y Eva Ménnez. La planitud en este caso es nula, y eso provoca incidencias en la percepción real del color. Lo único seguro es la ausencia de “un” color objetivo.

 

Otro punto que se suma a la mesa, es la consecuencia directa de la humanización del todo: esta nos devuelve un carácter asociativo con respecto a los colores y su consecuente sistematización de paletas colorimétricas adscritas a emociones y experiencias. En su naturaleza más humana, el traspaso del contexto paisajístico al color se encuentra patente en las vibrantes piezas de Antonio Tamayo y, en su variante más emocional, en la tristeza de los cielos europeos presentes en la obra de Gabriela Medina.

 

El juego y la experimentación con el color es el motor principal de la más pura creatividad, a este apartado se le suman dos artistas cuyos proyectos parten de puntos aparentemente alejados, pero que convergen en ese sentir que permite al artista manipular y toparse con nuevos horizontes en su práctica. Hablamos de Carlos Márquez, que nos presenta sus bioformes con variaciones en las opacidades del pigmento y de Melchor Balsera, que no solo juega con opalescencias en el plano bidimensional, sino que se lanza al tridimensional con la fibra de vidrio.

 

Las iridiscencias son modulaciones de color que se hacen patentes al ojo en cuestión de segundos, generando un número cuasi-mágico de ilusionismo, alimentado por su contexto e iluminación. Un punto inicial del proyecto de Álvaro Sánchez del Castillo, es la variación en la policromía de su personaje GRID el Gato, en función de su contexto y expresiones momentáneas. Mientras que GRID se camufla con el contexto, las piezas “Unapologetic Wateroil” de Ronald Quiroz exploran las dualidades del conflicto a través del color, pero, sobre todo, de la técnica fundamentada en el uso de agua y aceite, dos elementos que se repelen.

 

En definitiva, esta es una exposición que transita por el color en todas sus variantes. Es un contrapunto porque son diez melodías que casan entre sí y, además, se producen iridiscencias gracias a la propia naturaleza de cada pieza, que nos permite ver una u otra tonalidad dependiendo de la luz y del contexto inmediato. El tránsito por la misma se concibe como un paseo por capas: comenzando en el boceto, atravesando la grisalla y culminando en el apunte de color.

 

  • Anne Martínez Monge, comisaria invitada.

ARTISTAS PARTICIPANTES

De la convocatoria realizada durante el pasado mes de octubre nace esta selección de 10 artistas,

provenientes de 3 diferentes países.

La Comisaria Anne Martínez Monge, quien forma parte de nuestro Programa Comisarias,

fue la encargada de realizar le selección:

Alfredo Paris (Venezuela)

Melchor Balsera (España)

Gabriela Medina (Venezuela)

Jesús Guerrero (Venezuela)

Eva Ménezz (España)

Antonio Tamayo (Colombia)

Ronald Quiroz (Venezuela)

María Elisa Carmona (Venezuela)

Álvaro Sánchez del Castillo (España)

Carlos Márquez (Venezuela)

OBRAS DISPONIBLES

Esta muestra forma parte de las exposiciones colectivas con las que Boom cierra el 2024.

Boom! Art Community presenta dos exposiciones colectivas de fin de año que reúnen la obra de 18 artistas iberoamericanos

 

Nuestro Ecosistema culmina el 2024 celebrando la riqueza artística de Iberoamérica con dos exposiciones colectivas en colaboración con Alzacopas y el Espacio Ornella De Simone.

 

Estas muestras destacan el trabajo de 18 artistas, ofreciendo una plataforma de visibilidad, diálogo e intercambio para el arte contemporáneo Iberoamericano emergente y ya consolidado.

Visibilidad, Coleccionismo y Proyección Cultural

Con un rango de precios accesible, que oscila entre 200 y 500 euros, estas exposiciones están pensadas para fomentar el coleccionismo en una época propicia como la temporada navideña. Esta estrategia de precios permite que nuevos públicos se acerquen al arte contemporáneo iberoamericano, facilitando la adquisición de piezas únicas y promoviendo el desarrollo de una cultura de coleccionismo accesible en España.

 

“Estas exposiciones representan el espíritu de colaboración y la simbiosis cultural que Boom! Art Community promueve entre España y América Latina,” señala Kiki Pertíñez Heidenreich, Directora del Ecosistema. “Estamos orgullosos de presentar obras de artistas que, a través de su diversidad y creatividad, enriquecen el panorama artístico madrileño y promueven el coleccionismo accesible.”

 

Además, ambas Comisarias, Anne Martínez Monge y Alba López-Davalillos  pertenecen al Programa Comisarias creado por el Ecosistema Boom! para acompañar a la generación de relevo de Comisarias de Madrid.

 

 

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