En el umbral donde el arte y la percepción se encuentran, se despliega un sin fin de interpretaciones sobre lo que percibimos como real y el reflejo de la misma realidad en un mundo digital. En este encuentro, las imágenes se convierten en ecos que reverberan en los límites de lo visible, provocando una constante interrogación sobre lo que entendemos por imagen en una era de virtualidad incesante. El proceso mismo de observar, nos somete a un ejercicio de fragmentación y reconstrucción simultánea del pensar que trasciende las barreras de lo tangible y nos invita a la exploración intrínseca de la identidad y la imagen en tiempos contemporáneos.
Fragmentos de la percepción reúne las obras de los artistas Chuli Herrera y Eva Menezz, quienes, a través de medios y enfoques visuales distintos se entrelazan en un diálogo profundo y resonante, donde cada obra desafía los límites de lo ostensible y la percepción de la imagen en un mundo de dualidad virtual y tangible. La muestra indaga en el cruce entre lo íntimo y lo público, lo figurativo y lo abstracto, y cómo estas categorías se encuentran y se disuelven en un juego de reflejos y formas. Aquí, en la frontera de lo conocido y lo incierto, el espectador es convocado a cuestionar y redescubrir su conexión con la imagen, con la mirada y con el acto mismo de percibir.
Chuli Herrera, implementando el método tradicional de pintura al óleo, captura la estética y aparente simpleza del «mirror selfie», trascendiendo la superficialidad para desvelar las capas ocultas del ser. Herrera explora el autorretrato digital, reinterpretando un gesto cotidiano y banalizado por las redes sociales a través del estilo clásico de la pintura. El espejo, siendo un objeto tan ordinario y común, se convierte en un limen hacia la reflexión profunda. Cada pincelada parece susurrar secretos sobre la identidad y la autoimagen, confrontando al espectador con su propia existencia reflejada. En sus obras, el óleo se funde con la luz y las figuras retratadas parecen cobrar vida, atrapadas en un instante que se eterniza en el lienzo. Cargados de textura y profundidad, sus trazos contrastan con la inmediatez y frivolidad de la foto digital, otorgando peso y permanencia a una imagen que, en su origen, es efímera. Los reflejos de los espejos, lejos de ser duplicados exactos de quienes somos, se transforman en una metáfora del yo fragmentado, oscilando en una dualidad de ser y parecer, de existir y ser reflejo en el contexto de nuestra sociedad actual.
Por otro lado, Eva Menezz aborda la imagen desde una perspectiva más atmosférica y cromática, utilizando cubos de madera de diversos colores, para construir composiciones que representan una estética distorsionada de la imagen. Su trabajo, en apariencia geométrico y rígido, es en realidad una danza de formas y sombras que, cuando se observan con detenimiento, revelan paisajes, figuras, y escenas que habitan en algún rincón de la memoria colectiva. Menezz juega con la idea de un “bloque” como unidad mínima de la imagen en donde crea un universo de infinitas combinaciones cromáticas explorando las interacciones entre los distintos colores y la subjetividad de la percepción visual por asociación. Su proceso de creación introduce una materialidad palpable y artesanal al cortar, lijar, pulir y pintar cada cubo de madera, contrastando con la intangibilidad la imagen en sí. Sus obras, como una suerte de mosaico contemporáneo, obligan al espectador a reconstruir mentalmente lo que a primera vista parece descompuesto. A medida que el espectador se aleja o se acerca, las composiciones de Menezz pasan de la abstracción geométrica a la revelación de formas más figurativas, jugando con la percepción y desafiando la forma en que construimos y percibimos las imágenes y el mundo a nuestro alrededor.
Fragmentos de la percepción pone en diálogo las prácticas de estos dos artistas, donde lo figurativo y lo abstracto, lo digital y lo analógico, lo efímero y lo permanente se encuentran y se confrontan, proporcionando un espacio difuso pero idóneo para la creación artística. Mientras Herrera utiliza el espejo como un símbolo de reflexión y autoconocimiento, Menezz emplea el bloque de madera como un vehículo de deconstrucción y reinvención. En este debate visual, el espectador no solo observa, sino que se transforma, redescubriendo su relación con la imagen, con la percepción y, en última instancia, con su propia identidad en un mundo donde lo real y lo reflejado se entrelazan en una danza eterna y cambiante. Juntas, sus obras sugieren que la percepción nunca es un todo coherente, siempre está en proceso de construcción donde cada fragmento contiene su propio universo de significados, esperando ser descifrado.
María Tinoco. Comisaria Invitada.
Retrato cortesía de Eva Menezz
Eva Menezz (1981) artista multidisciplinar nacida en Madrid. Licenciada en Bellas Artes por la
Universidad Complutense de Madrid (2006). Durante la carrera es becada varias veces para
completar su formación académica, experiencia que le valdrá para afrontar aspectos cómo la
intervención en el espacio urbano y rural.
Tras licenciarse posteriormente realizará en Madrid un proyecto de carácter individual con la creación
de una Escuela de Arte de la que estará encargada de la gestión y dirección durante 5 años. En éste
tiempo compaginará paralelamente su labor lectiva y educacional, con proyectos de índole privada que
le llevarán a buscar nuevas técnicas y materiales que se adecuen a las necesidades de realización.
Desarrolla su trabajo principalmente mediante la pintura, relacionándolo con otras disciplinas como la
escultura, el dibujo, el collage y el diseño, utilizando cómo elemento predominante la madera y
prestando especial atención a las problemáticas vinculadas a la reutilización de materiales, durabilidad
y resistencia.
El volumen está muy presente en su obra, en el que construyendo a base de distintas estructuras,
como Bloques o paneles de madera crea una amplia sinfonía cromática con el claro/oscuro cómo
aliado y en el que el límite es el lugar que franquear para romper la clásica barrera entre el espectador
y la obra.
Ha expuesto de forma individual en la Galería Sisgaleri (2006), en el Centro Cultural Arganzuela con
una gran retrospectiva de su obra reciente: “Blocks o la fragmentación del Color” (2021),
en la Galería Sara Caso (2023) y en WhiteLab (2024). También ha participado en exposiciones colectivas como Miradas06 (Universidad Complutense de Madrid (2006), XXXVII Premio Nacional de Pintura y Artes Plásticas
Enrique Ginestal (2020) , en la Colectiva “Ellas” Open Art Madrid de la Fundación Iberoamérica
Europa.(2021), en la XXXVII Convocatoria de Pintura Sanvisens en Sitges (2023) y más
recientemente en el XXVI Certamen de Pintura Sala El Broncense en Cáceres (2023).
Actualmente vive y trabaja en Madrid dónde está inmersa en la investigación y desarrollo de su
proyecto Blocks y en la gestión y desarrollo del espacio de trabajo, A Cielo Abierto Estudio.
Retrato cortesía Chuli Herrera
Chuli HERRERA (Camagüey, 1987) artista visual cubano, vive y trabaja entre Madrid y La Habana. Centra su práctica en la pintura, buscando formas en las que las nuevas tecnologías, en especial las redes sociales, han cambiado la manera en que los sujetos contemporáneos interactúan con el mundo y entre ellos.
Ha realizado 10 exposiciones individuales y ha participado en más de 40 exposiciones colectivas en Cuba, China, Alemania, EE.UU., Francia, Suiza, Colombia y España. Destaca su participación en: Art Madrid (2024); Ars Electrónica (2021); Exhibiciones colaterales a la Bienal de La Habana (2021, 2019, 2015 y 2012); 6ta y 7ma edición de la Bienal de Arte Internacional de Beijing (2017 y 2015).
En 2013 recibe el Premio Único Fidelio Ponce de León, por el Consejo de Artes Plásticas de Camagüey, Cuba. En 2014 obtiene la residencia Meet In Beijing, China. Entre 2006 y 2016 ejerce como docente de artes plásticas y apreciación artística para estudiantes de nivel medio superior en su ciudad natal.
En la actualidad, obtiene la beca del Círculo de Bellas Artes de Madrid (2023-2025) para el Máster de Formación Permanente en Artes y
Profesiones Artísticas, Escuela SUR.
Retrato cortesía María Tinoco
María Andrea Tinoco es una artista visual y escritora colombiana que emprendió un viaje transformador desde su tierra natal hasta Nueva York para perseguir sus sueños artísticos. Culminó su educación universitaria en School of Visual Arts en Manhattan, obteniendo un BFA en Ilustración con especialización en bellas artes. Durante sus 8 años de residencia, tuvo el privilegio de afiliarse a instituciones tan prestigiosas como The Art Students League y Society of Illustrators of New York. Sus obras se exhibieron en muestras colectivas en la Grammercy y Chelsea Gallery, y tuvo el honor de exhibir uno de sus dibujos en el Metropolitan Museum of Art a través de los Scholastic Art and Writing Awards.
Su pasión por el arte y la escritura han ido de la mano a lo largo de su carrera artística, sin embargo, desde el 2023 le ha dado un mayor enfoque a su interés por la curaduría, incorporándose a insitutciones de arte como la Galería Elvira Moreno y revistas de arte como MoCuLat, las cuales le han proporcionado un espacio idóneo para el fomento y práctica de su redacción literaria.
Actualmente reside en Madrid, en donde ejerce su carrera como pintora en su estudio y escritora siendo la representante de la revista MoCuLat en España y formando parte del grupo de comisarias de la organización BOOM! Art Community.