En el vasto telar de la urbe contemporánea, las agitadas avenidas disimulan los abismos sociales y sombras densas absorben las almas perdidas. Con su bulliciosa cotidianidad y rincones olvidados, la ciudad moderna es la caldera donde se cocinan las grandes y pequeñas historias de quienes la habitan. Entre ellas están las que se lo cuestionan todo y aquellas que juegan a lo seguro; están los conformistas, los dóciles, los rebeldes, los insubordinados. Están los que cumplen la norma y los marginados, los invisibles y los descartados. Su presencia cosmopolita se convierte en un terreno complejo y multifacético, un proceso identitario donde lo familiar y lo incógnito se entrelazan en una danza imprecisa y eterna.
La Identidad Descartada presenta dos perspectivas sobre la imagen del YO aparentemente contrapuestas, pero profundamente conectadas. Sin proponérselo, las fotografías en esta exposición tienen mucho más en común que lo evidente a los ojos. Es un ejercicio de descubrimiento en el que la española Lucía Lamata y el venezolano Rou Díaz dialogan a través de imágenes cargadas de subtextos y emotividad.
Por un lado, la obra de Rou explora la ciudad con la intención de conectarse con ella y sus caminantes. Personajes incógnitos y marginados son el centro de sus escenarios cinematográficos. Por el otro, las fotografías de Lucía nos ofrecen un retrato más clásico y literal de la identidad unipersonal, capturando su esencia de manera confrontativa y reveladora.
Rostros vagos y borrosos, como espectros urbanos, capturan la mirada de Rou que documenta esos abismos insondables y sus gestos, ecos de vidas no registradas. Cada imagen es un testimonio silencioso de los invisibles, cuyas historias y nombres pierden importancia ante la escena mundana que les rodea. Hijos de las esquinas oscuras y los callejones sin salida, estos individuos se rebelan contra la modernidad desnuda, mostrando sus cicatrices más profundas. Para ellos, la identidad es un acto de rebeldía.
En contraste, Lucía nos enfrenta con retratos directos que capturan identidades incómodas, irreverentes y rebeldes, que desafían la inconformidad y los tabúes sociales. Sus imágenes desnudan personajes sin intención de anonimatos. Sus miradas son faros de determinación y sus gestos, declaraciones de pertenencia que desafían al espectador a reconocer la fuerza de la identidad asumida con claridad y orgullo, al mismo tiempo que rompen las normas sociales establecidas y revelan la complejidad de la experiencia humana. Para ellos, la identidad también es un acto de rebeldía.
Aunque la ciudad está más claramente presente en las fotografías de Rou, el contexto urbano también es palpable en el trabajo de Lucía. Ella también busca conectar, en este caso, con sus protagonistas como una afirmación de la existencia, de la identidad y la “contra-identidad”. La urbe, con todas sus contradicciones y paradojas, sus anhelos y miedos.
La Identidad Descartada es una invitación a mirar más allá de lo visible, a reconocer la existencia en los márgenes y a celebrar la diversidad de identidades que conforman el tejido social. En cada fotografía, en cada rostro, se encuentra una historia contada a través de los ojos de sus fotógrafos. Es, en definitiva, una exploración sobre nuestra propia narrativa identitaria.