Mi trabajo se centra sobre la incomodidad que sentimos debido a nuestro cuerpo en la cotidianeidad y de cómo intentamos modificarlo; cómo nos genera traumas cuando lo mostramos en la sociedad. Es una mirada profunda a nuestro interior, a las tensiones que esto nos genera y a la forma en la que nos presentamos en el mundo, buscando conectarnos con lo que no hace humanos, en contraposición de la era de la dominación de la imagen, y la idea de vendernos más como productos que mostrarnos como personas, y en el cual ya no sabemos que estamos viendo cuando nos presentan una imagen, si es que es un filtro, Photoshop o incluso AI.
El concepto se desarrolla a través de pintura matérica abstracta, que busca la subjetividad de intentar expresar una sensación, que deja abierta a la interpretación del espectador lo que está viendo. Mi formación no es del mundo de bellas artes, estudié licenciatura en diseño industrial, por lo que la investigación está muy influenciada, en la experimentación de materiales industriales como poliuretanos, resinas y cargas, junto a materiales del mundo del arte, buscando realzar las texturas e incluyendo los errores de estos como parte del proceso de la obra. La textura y el gesto son protagonista en la obra, en donde busco acercar la obra al espectador, no solo a través de la mirada, sino que también a través del tacto, dando la oportunidad de cuestionar por un lado el mercado del arte y la obra como objeto inalcanzable.
Trini Energici (Santiago-Chile, 1982) es una artista visual chilena que reside en Madrid desde el año 2018 y cuyo medio artístico preponderante es la pintura. Una praxis pictórica, con una fuerte componente neoexpresionista, en la que la importancia de lo experimental está presente en cada momento y en la que el proceso articula las capas expresivas de todas sus obras.
Energici se desarrolla profesionalmente en el sector del diseño industrial, en el que trabajó durante más de 10 años. Una desinencia profesional que deja poso en su tránsito hacia las artes visuales, pues la experimentación con los materiales supone la dovela central del arco expresivo de cada una de sus piezas. Podemos definir su arte como sensorial pues es desde el volumen, la textura y el color que la artista chilena pretende transmitir y emocionar.
Todo se trabaja desde los materiales, desde sus propiedades físicas y simbólicas, dando a estes y al proceso un valor de significante preponderantes tanto en lo creativo como en lo interpretativo. Por lo tanto, su narrativa se vertebra en gran medida mediante la pintura acrílica, el poliuretano expandido, el acetato de polivinilo o el mismo carbón, y mediante las condiciones procedurales impuestas por la propia artista.
Trinidad pretende de esta forma la identificación entre pieza y público desarrollando e hibridando conceptos como #cuerpo #trauma #herida #memoria #grieta #resistencia #dolor #cicatriz o #tensión. Diseñando estrategias de ida y vuelta entre obra y espectador, directas y empáticas.
En la presente exposición he querido mostrar las diferentes aristas conceptuales del trabajo Trinidad pivotando entre diferentes series dentro de su producción, hilando todas ellas y evidenciando lo compacto de su discurso visual y conceptual.
Un ejemplo de ello es el diálogo generado mediante las piezas pertenecientes a sus series Desgarros y Cicatrización. Obras viscerales en su planteamiento que filian a la perfección con el discurso establecido por la artista, con el que pretende ahondar en procesos psicológicos profundos como la pérdida y la ruptura, o la curación y la superación. Observando esta dicotomía en las piezas de ambas series observamos la importancia de los materiales, el color y el gesto en los procesos de construcción de significado de la artista chilena. La resultante es un arte sensorial, directo y honesto.
Iñigo Rodríguez Román
Comisario