En la misma línea de la máxima que afirma que “todo lo personal es político”, entiendo mi cuerpo como punto nuclear para vincularme con lo colectivo.
Abordo mi práctica artística bajo esta misma lógica, siendo la autoetnografía una de las metodologías que aplico para establecer ese nexo entre lo individual y lo universal.
La Migración es uno de los acontecimientos que más ha transformado e influenciado mi vida, y, por consecuencia, mi expresión creativa.
Esta experiencia me guió de manera orgánica a fijar la Identidad como eje temático transversal a toda mi obra.
Mi fijación por este concepto está relacionada con el Desarraigo resultante del sentimiento de no sentirme “ni de aquí ni de allá” tan común a la experiencia migrante.
Como creadora, me motiva revertir esa imposibilidad de pertenencia, explorar posibilidades de conexión entre el “aquí” y el “allá” y abrazar la nostalgia como símbolo de la Diáspora, proponiendo la activación de la memoria ancestral como vía de sanación.
Los formatos expresivos con los que trabajo son variados: material de archivo personal y familiar, fotografia, audiovisual o sonoridades. Pero es el performance la forma en la que todas estas exploraciones creativas desembocan y pasan a convivir en lo escénico de manera catártica.